Los conflictos forman parte de las relaciones humanas, y también de las relaciones familiares.
Los conflictos surgen por una contraposición de intereses y necesidades entre los miembros de la familia, que a menudo coinciden con un cambio de etapa dentro de la familia o con una necesidad de reorganización.
Sin embargo, a pesar de la oportunidad de cambio que los conflictos presentan, a menudo generan un elevado desgaste emocional entre sus miembros y pueden manifestarse de forma violenta o destructiva.
La terapia familiar da la oportunidad a la familia, a través de las herramientas de la terapia y la mediación, de resolver de forma positiva y pacífica el conflicto, diseñar acuerdos compartidos entre las partes, y reconstruir los aspectos emocionales dañados.
Algunas situaciones trabajables en terapia familiar son:
Para las sesiones de terapia familiar, el formato más recomendable es la modalidad presencial.